Hoy se celebra el Día de los Inocentes, la Fiesta de los Santos Inocentes, también llamada Childermas. En los países latinoamericanos se celebra esta fecha con bromas que van desde sustituir el azúcar por sal en el café, hasta dar información falsa en un tema importante.
Sin embargo, este día los cristianos en general conmemoran la masacre de niños de dos años de edad en Belén, la cual fue ordenada por el Rey de Judea, Herodes el Grande, en su intento de matar al niño Jesús.
Aunque no existe una cifra exacta, se dice que ese terrible 28 de diciembre murieron decenas de miles de pequeños arrancados de los brazos de sus madres.
¿Cómo se aprobó la matanza?
Cuenta el historiador de los Cesares que ante la idea de Herodes, el senado, compuesto de republicanos fervientes, lleno de terror ante la perspectiva de una monarquía, dio la orden de que se dejase morir a todos los niños nacidos aquel año.
Así acabó la masacre
Muerto Herodes y sus aliados, dice San Mateo un ángel se apareció a José y le dijo “Toma el niño y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto, los que lo querían matar al Niño”.
Su celebración
Las iglesias occidentales observan esta fecha el 28 de diciembre y en las iglesias orientales el 29 de diciembre. El nombre e Inocentes para esta conmemoración viene de que la iglesia primitiva consideraba a los niños asesinados como los primeros mártires.
Cuando se celebró la primera vez, se le llamó el día de un santo. Puede haberse celebrado con la Epifanía, pero en el siglo V se mantuvo como un festival separado. En Roma durante esta fecha se ayunaba y se guardaba luto.
En el pasado, los padres de la iglesia católica renunciaron temporalmente a la autoridad y en conventos y monasterios a las monjas y monjes más jóvenes se les permitió actuar como abadesas y abades durante el día. Estas costumbres, que se pensaban se burlaban de la religión, fueron condenadas por el Consejo de Basilea (1431).
Azotaban a los niños para conmemorar el día
En la Inglaterra medieval, los niños recordaban la tristeza del día al ser azotados en la cama por la mañana; Esta costumbre sobrevivió hasta el siglo XVII.
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